TODOS LOS SANTOS

jueves, 25 de junio de 2009

SAN JOSEMARÍA ESCRIVÁ DE BALAGUER 1902 - 1975


[Vidriera del San Josemaría. Iglesia de Hereford, Cardiff, Gales]


Vida de san Josemaría Escrivá de Balaguer (1902-1975), fundador del Opus Dei.
Josemaría Escrivá de Balaguer nació en Barbastro (Huesca, España) el 9 de enero de 1902. Sus padres se llamaban José y Dolores. Tuvo cinco hermanos: Carmen (1899-1957), Santiago (1919-1994) y otras tres hermanas menores que él, que murieron cuando eran niñas. El matrimonio Escrivá dio a sus hijos una profunda educación cristiana.

En 1915 quebró el negocio del padre, comerciante de tejidos, y la familia hubo de trasladarse a Logroño, donde el padre encontró otro trabajo. En esa ciudad, Josemaría, después de ver unas huellas en la nieve de los pies descalzos de un religioso, intuye que Dios desea algo de él, aunque no sabe exactamente qué es. Piensa que podrá descubrirlo más fácilmente si se hace sacerdote, y comienza a prepararse primero en Logroño y más tarde en el seminario de Zaragoza.



Siguiendo un consejo de su padre, en la Universidad de Zaragoza estudia también la carrera civil de Derecho como alumno libre. D. José Escrivá muere en 1924, y Josemaría queda como cabeza de familia. Recibe la ordenación sacerdotal el 28 de marzo de 1925 y comienza a ejercer el ministerio primero en una parroquia rural y luego en Zaragoza.

En 1927 se traslada a Madrid, con permiso de su obispo, para obtener el doctorado en Derecho. En Madrid, el 2 de octubre de 1928, Dios le hace ver lo que espera de él, y funda el Opus Dei. Desde ese día trabaja con todas sus fuerzas en el desarrollo de la fundación que Dios le pide, al tiempo que continúa con el ministerio pastoral que tiene encomendado en aquellos años, que le pone diariamente en contacto con la enfermedad y la pobreza en hospitales y barriadas populares de Madrid.

Al estallar la guerra civil, en 1936, Josemaría Escrivá se encuentra en Madrid. La persecución religiosa le obliga a refugiarse en diferentes lugares. Ejerce su ministerio sacerdotal clandestinamente, hasta que logra salir de Madrid. Después de una travesía por los Pirineos hasta el sur de Francia, se traslada a Burgos.

Cuando acaba la guerra, en 1939, regresa a Madrid. En los años siguientes dirige numerosos ejercicios espirituales para laicos, para sacerdotes y para religiosos. En el mismo año 1939 termina sus estudios de doctorado en Derecho.

En 1946 fija su residencia en Roma. Obtiene el doctorado en Teología por la Universidad Lateranense. Es nombrado consultor de dos Congregaciones vaticanas, miembro honorario de la Pontificia Academia de Teología y prelado de honor de Su Santidad. Sigue con atención los preparativos y las sesiones del Concilio Vaticano II (1962-1965), y mantiene un trato intenso con muchos de los padres conciliares.

Desde Roma viaja en numerosas ocasiones a distintos países de Europa, para impulsar el establecimiento y la consolidación del trabajo apostólico del Opus Dei. Con el mismo objeto, entre 1970 y 1975 hace largos viajes por México, la Península Ibérica, América del Sur y Guatemala, donde además tiene reuniones de catequesis con grupos numerosos de hombres y mujeres.
EN MEXICO REZANDO A LA VIRGEN DE GUADALUPE


Fallece en Roma el 26 de junio de 1975. Varios miles de personas, entre ellas numerosos obispos de distintos países —en conjunto, un tercio del episcopado mundial—, solicitan a la Santa Sede la apertura de su causa de canonización.



El 17 de mayo de 1992, Juan Pablo II beatifica a Josemaría Escrivá de Balaguer. Lo proclama santo diez años después, el 6 de octubre de 2002, en la plaza de San Pedro, en Roma, ante una gran multitud. «Siguiendo sus huellas», dijo en esa ocasión el Papa en su homilía, «difundid en la sociedad, sin distinción de raza, clase, cultura o edad, la conciencia de que todos estamos llamados a la santidad».


URNA DE LOS RESTOS DE SAN JOSEMARÍA EN ROMA (EN SANTA MARÍA DE LA PAZ)


ORACIÓN A SAN JOSEMARÍA

Oh Dios, que por mediación de la Santísima Virgen otorgaste a San Josemaría, sacerdote, gracias innumerables, escogiéndole como instrumento fidelísimo para fundar el Opus Dei, camino de santificación en el trabajo profesional y en el cumplimiento de los deberes ordinarios del cristiano: haz que yo sepa también convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte, y de servir con alegría y con sencillez a la Iglesia, al Romano Pontífice y a las almas, iluminando los caminos de la tierra con la luminaria de la fe y del amor.

Concédeme por la intercesión de San Josemaría el favor que te pido... (pídase). Así sea.

Padrenuestro, Avemaría, Gloria.NUESTRA SEÑORA DE LA PAZ A LA QUE SAN JOSEMARÍA LE TENIA PARTICULAR DEVOCIÓN

miércoles, 24 de junio de 2009

SAN JUAN BAUTISTA

RETABLO DE SAN JUAN BAUTISTA EN VALLADOLID

Precursor del Mesías. El sobrenombre de Bautista le proviene de su ministerio. Nacido, según algunos, en Judea, pueblecito de Judea; según otros, en Hebrón. Sus padres fueron Zacarías y Elizabeth, prima de la Santísima Virgen. — Fiesta: 24 de junio. Misa propia.

Es ciertamente una fiesta alegre y popular la del Bautista. En ella parece cumplirse aún la palabra con la que el ángel anunció a Zacarías su venida al mundo: «Muchos Se regocijarán en su nacimiento»; y se regocijaron, en efecto, cuando éste tuvo lugar en las montañas de Judea, y se regocijan todavía en todo el mundo, veinte siglos después.

Fue Juan el Precursor de Cristo, el que vino para preparar y alumbrar los caminos del Señor; por esto la Iglesia celebra su nacimiento, como celebra el de Jesús, distinguiéndolo en esto de los demás Santos. Y con este fin, en el día de su festividad, ha puesto en la Misa esta preciosa perícopa evangélica, que magníficamente nos muestra su predestinación divina

«A Isabel, se le cumplió el tiempo de su parto y dio a luz un hijo.

»Y se enteraron sus amigos y parientes de que el Señor había usado con ella de gran misericordia, y le daban el parabién.

»Y aconteció que al octavo día vinieron a circuncidar al niño, y le llamaban con el nombre de su padre, Zacarías; intervino su madre, diciendo: No, sino que se llamará Juan. Dijéronle: Nadie hay de tu familia que se llame con ese nombre. Hacían señas a su padre sobre cómo quería que se llamase. Él, pidiendo una tablilla, escribió en estos términos: Juan es su nombre. Y se maravillaron todos. Abrióse su boca de improviso, y su lengua quedó expedita, y hablaba bendiciendo a Dios. Y se espantaron todos los que vivían en su vecindad, y en toda la montaña de Judea se divulgaban todas estas cosas, y todos los que las oían las guardaron en su corazón, diciendo: “¿Qué será, pues, este niño?”. Porque, a la verdad, la mano del Señor visitó y rescató a su pueblo..”.

»Y Zacarías, su padre, fue lleno del Espíritu Santo, y profetizó diciendo: “Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque visitó y rescató a su pueblo...”».

¡Precursor de Jesús! Precursor es el que precede, el que va delante de otro para anunciar su inmediata aparición. Los profetas entretuvieron a la huérfana humanidad, delineando a grandes rasgos la hermosa figura del Redentor; crecía cada día el ansia por la llegada del Mesías y avivábase la confianza.


Juan el Bautista anuncia a Cristo no sólo con palabras, como los otros profetas, sino especialmente con una vida análoga a la del Salvador. Nace seis meses antes que Él; su nacimiento es vaticinado y notificado por el ángel Gabriel, como el suyo, y causa en las montañas de Judea una conmoción y regocijo semejantes a los que debían tener lugar poco después en las cercanías de Belén.

El nacimiento de San Juan Bautista es un prodigio, porque no fue obstáculo para él la ancianidad y esterilidad de Isabel, como no lo fue a María su purísima virginidad. En vida oculta y escondida consume los treinta primeros años de su existencia; nadie sabe de él, ni de él nos hablan los evangelistas, como tampoco nos hablan de Jesús en aquel mismo período, en que quedan ambos como eclipsados.

A los treinta años salen ambos: uno de su retiro de Nazaret, otro de sus soledades del Jordán; pero Juan, conforme a su oficio de Precursor, sale antes que Jesús.

Truena su voz en las márgenes de aquel río, síguenle las turbas, increpan los fariseos... Él habla con libertad a los pobres y a los poderosos. Hay quien le cree el Mesías. Hay quien escucha su voz como la Buena Nueva prometida, cuando en realidad no es más que su prólogo. Bien claro Juan lo afirma: «Está para venir otro más poderoso que yo, al cual yo no soy digno de desatar la correa de su calzado».

Pronto se extiende el renombre de su virtud, y aumenta la veneración del pueblo hacia él; los judíos acuden para ser bautizados, enfervorizados por sus palabras. Mientras predica y bautiza anuncia un bautismo perfecto: «Yo bautizo en el agua y por la penitencia, y el que vendrá, en el Espíritu Santo y el fuego».

Y cuando Jesús se acerca al Jordán para ser por él bautizado, Juan no se atreve a hacerlo. «¿Tú vienes a mí, cuando yo debería ser bautizado por Ti?» Mas Jesús insiste, y le bautiza entonces.

Encarcelado por Herodes Antipas por haberse atrevido a reprimir y censurar su conducta y vida escandalosa, le llega la noticia de que Jesús ha empezado su ministerio público. Jesús, por su parte, en su predicación asegura a los judíos que entre todos los hombres de la tierra no hay un profeta más grande que Juan.

Se ignora cuánto tiempo pasó en la cárcel. Aconteció que con motivo de una fiesta en celebración del nacimiento de Herodes, cuando el vino y los manjares y las danzas exaltaban a todos, Salomé, hija de Herodías, esposa ilegítima del rey, bailó ante Herodes. Entusiasmado éste, prometió darle cuanto pidiera, aunque fuese la mitad de su reino. Instigada por su madre, pidió Salomé la cabeza del Bautista. Herodes, no osando faltar a su palabra empeñada ante todos, ordenó fuese traída la cabeza de Juan, la cual en una bandeja fue presentada, efectivamente, a Herodías por su hija. Sus discípulos recogieron el cuerpo del Bautista y le dieron sepultura...


Las alegres fogatas que en la noche de la vigilia de San Juan coronan las montañas y alumbran nuestras calles y plazas, no parecen sino un reflejo, que pasa a través de los siglos, del popular alborozo con que fue saludado por los vecinos de Judea el nacimiento de uno de los santos más populares de la Iglesia.

En verdad, os digo, ninguno de entre los hijos de mujer
ha sido mayor que Juan Bautista.
(Mateo 11, 11)

Toda la tierra se alegra del nacimiento de San Juan; pero, ¿no debemos nosotros afligirnos al comparar lo que él ha hecho con lo que hacemos nosotros? Él deja el mundo y se retira al desierto para hacer penitencia; su alimento es un poco de miel silvestre con langostas; su vestidura, la piel de un camello. Sus ejemplos, más aun que sus palabras, son una exhortación a la penitencia. Viendo a Jesucristo, exclama: He ahí el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo; y el Salvador quiere ser bautizado por él.

MEDITACIÓN
SOBRE SAN JUAN BAUTISTA

I. He aquí un penitente que no es culpable de pecado alguno y a quien la presencia de Jesús, oculto en el seno de su Madre, ha purificado antes de su nacimiento hasta de la mancha original. ¿Qué falta había cometido él cuando se retiró al desierto a hacer penitencia? Nos enseña con ello que el hombre, aun el más inocente, debe hacer penitencia. ¿Comenzaste tú este ejercicio? Te parece muy penoso y he aquí un niño que lo hace como juego. Pon manos a la obra y pronto experimentarás cuan indecible satisfacción reserva Dios a los que renuncian al placer para darse a Él. ¡Cuan instantáneamente pareció dulce a mi corazón privarse de las dulzuras de las vanidades del mundo! Temía perderlas, y dejarlas llegó a ser para mí la fuente de la dicha (San Agustín).

II. Temprano comienza este santo su penitencia y la prolonga hasta el fin de su vida. No basta que te mortifiques por algún tiempo, hay que hacerla hasta la muerte. Siempre tienes contra ti a tu cuerpo, al demonio y al mundo. El único medio para triunfar de estos tres enemigos es combatirlos sin descanso hasta el fin. Piensa en el infierno que debes evitar, en el paraíso que debes ganar, y nunca te cansarás de hacer penitencia.

III. Si la humildad no las acompaña, tus austeridades no te servirán sino para atormentarte. San Juan rechaza los honores que le rinden los judíos llamándole Profeta y Mesías; se humilla delante de Jesucristo. Humíllate tú ante Dios y los hombres. Lo que haces, lo que sufres, nada es comparado con los trabajos y sufrimientos de los santos. ¿De qué sirve mortificar el cuerpo por la paciencia, si el espíritu está hinchado de orgullo? (San Jerónimo).

La humildad.
Orad por la conversión de los pecadores.


ORACIÓN

Oh Dios, que habéis solemnizado este día con el nacimiento de San Juan Bautista, conceded a vuestro pueblo la gracia de los gozos espirituales, y dirigid las almas de los fieles por el camino de la salvación eterna. Por J. C. N. S.

martes, 23 de junio de 2009

Himno: PROFETA DE SOLEDADES

Profeta de soledades,
labio hiciste de tus iras
para fustigar mentiras
y para gritar verdades.

Desde el vientre escogido
fuiste tú el pregonero,
para anunciar al mundo
la presencia del Verbo.

El desierto encendido
fue tu ardiente maestro,
para allanar montañas
y encender los senderos.

Cuerpo de duro roble,
alma azul de silencio;
miel silvestre de rocas
y un jubón de camello.

No fuiste, Juan, la caña
tronchada por el viento;
sí la palabra ardiente
tu palabra de acero.

En el Jordán lavaste
al más puro Cordero,
que apacienta entre lirios
y duerme en los almendros.

En tu figura hirsuta
se esperanzó tu pueblo:
para una raza nueva
abriste cielos nuevos.

Sacudiste el azote
ante el poder soberbio;
y ante el Sol que nacía
se apagó tu lucero.

Por fin, en un banquete
y en el placer de un ebrio,
el vino de tu sangre
santificó el desierto.

Profeta de soledades,
labio hiciste de tus iras
para fustigar mentiras
y para gritar verdades. Amén.

SALMODIA

Ant. 1. Isabel, esposa de Zacarías, dio a luz a un gran hombre: Juan Bautista, el precursor del Señor.

Ant. Entre los nacidos de mujer no ha surgido nadie mayor que Juan Bautista.

LECTURA BREVE Hch 13, 23-25

Según lo prometido, Dios sacó para Israel de la descendencia de David un salvador, Jesús. Y su precursor fue Juan. Ya éste, antes de presentarse Jesús, había predicado a todo el pueblo de Israel un bautismo como señal de arrepentimiento. Y, cuando estaba para terminar su misión, solía decir: «No soy yo el que vosotros os imagináis. Pero, mirad, viene otro después de mí; y yo no soy digno de desatar su calzado.»

sábado, 13 de junio de 2009

SAN ANTONIO DE PADUA

Los padres de San Antonio eran muy ricos y querían ver a su hijo como distinguido hombre de sociedad. Él, en cambio, quería ser pobre por amor de Cristo y por eso se hizo franciscano.


Antonio era un gran predicador. Lo mandaron como misionero por numerosas ciudades por Italia y Francia. Convirtió a muchos pecadores sobre todo con su buen ejemplo. Cuentan que mientras oraba en su habitación se le apareció Jesús, le puso las manitas al cuello y lo besó. Antonio recibió esta gracia extraordinaria por que mantuvo su alma limpia incluso del mas mínimo pecado y amaba mucho a Jesús.



Cuando Antonio enfermó se retiró a un monasterio en las afueras de Padua, donde murió a la edad de 36 años, el 13 de Junio de 1231.

Treinta y dos años después sus restos fueron trasladados a Padua. La lengua se conservaba íntegra, sin haberse corrompido mientras que el cuerpo estaba aniquilado.
Sucedieron muchos milagros después de su muerte. Aun hoy día le llaman el Santo "de los milagros". Su fiesta se celebra el 13 de junio.


Iglesia en Colombia

El entusiasmo popular ha hecho que San Antonio, más que otros, sea universalmente reconocido por los fieles de todo el mundo. "Santo Universal" le llaman. Durante los siete siglos ya transcurridos desde su muerte, millones de personas se han sentido atraídas a este gran "Franciscano Milagroso".
Fue otro franciscano, San Buenaventura, quien dijo: "Acude con confianza a Antonio, que hace milagros, y el té conseguirá lo que buscas."




La Palabra de Dios

"El Espíritu del Señor está sobre mí. Él me ha ungido para traer Buenas Nuevas a los pobres." – Lc 4,18

Publiqué tu salvación en la reunión solemne." – Sal 40, 10-11

"La lengua del justo es planta fina….Los labios del justo procuran el alimento para muchos" – Pro 10, 20-21

El salva y libra, obra señales y milagros en los cielos y en la tierra." – Dn 6,28

Catedral de San Antonio

Oración propia de la Novena

San Antonio, glorioso por la fama de tus milagros, obténme de la Misericordia de Dios esta gracia que deseo (Mencione el favor que pide).

Como tú eres tan bondadoso con los pobres pecadores, no mires mi falta de virtud antes bien considera la Gloria de Dios que será una vez más ensalzada por ti al concederme la petición que yo ahora encarecidamente hago.

Glorioso San Antonio de los milagros, padre de los pobres y consuelo de los afligidos, te pido ayuda.

Has venido a mi auxilio con tan amable solicitud y me has aliviado tan generosamente que me siento agradecido de corazón.
Acepta esta ofrenda de mi devoción y amor. Renuevo la seria promesa de vivir siempre amando a Dios y al prójimo.

Continua defendiéndote benignamente con tu protección y obténme la gracia de poder un día entrar el el Reino de los Cielos, donde cantaré enteramente las misericordias del Señor. Amen.



Letanía de San Antonio
(como devoción privada)

Señor ten piedad.
Cristo ten piedad.
Señor ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Santa María, ruega por nosotros.
San Francisco,
San Antonio de Padua gloria de la orden de frailes menores,
Mártir en el deseo de morir por Cristo,
Columna de la Iglesia,
Digno sacerdote de Dios,
Predicador apostólico,
Maestro de la verdad,
Vencedor de herejes,
Terror de los demonios,
Consuelo de los afligidos,
Auxilio de los necesitados,
Guía de los extraviados,
Restaurador de las cosas perdidas,
Intercesor escogido,
Constante obrador de milagros,
Sé propicio, perdónanos, Señor,
Sé propicio, escúchanos, Señor,
De todo mal, líbranos, Señor,
De todo pecado,
De todo peligro de alma y cuerpo,
De los lazos del demonio,
De la peste, hambre y guerra,
De la muerte eterna,
Por los méritos de San Antonio,
Por su celo en la conversión de los pecadores,
Por su deseo de la corona del martirio,
Por sus fatigas y trabajos,
Por su predicación y doctrina,
Por sus lagrimas de penitencia,
Por su paciencia y humildad,
Por su gloriosa muerte,
Por sus numerosos prodigios,
En el día del juicio,
Nosotros pecadores, te rogamos, óyenos,
Que nos guíes por caminos de verdadera penitencia,
Que nos concedas paciencia en los sufrimientos,
Que nos asistas en las necesidades,
Que oigas nuestras oraciones y peticiones,
Que enciendas en nosotros el fuego de tu amor,
Que nos concedas la protección y la intercesión de San Antonio,
Hijo de Dios,
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
V. Ruega por nosotros oh bienaventurado San Antonio,
R. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Oremos:
Dios todopoderoso y eterno!, Glorificaste a tu fiel confesor Antonio con el don constante de hacer milagros. Concédenos que cuanto pedimos confiadamente por sus méritos estemos ciertos de recibirlo por su intercesión. Te lo pedimos en nombre de Jesús, el Señor.
R. Amen.

viernes, 12 de junio de 2009

SAN JUAN DE SAHAGÚN




El día 24 de junio de 1430, fiesta de San Juan Bautista, en Sahagún, en el pueblecillo de León, de los cristianos padres Juan González del Castillo y Sancha Martínez venía al mundo este niño que haría famosa a su villa natal más que ninguno de sus predecesores.

Al igual que su Santo, será un verdadero predecesor de los designios de Dios y celoso predicador de la Palabra divina, además de obrador de muchos milagros.

Sus padres le educaron con la seriedad de castellanos bien formados en la fe de Jesucristo. Al pequeño Juan se le veía crecer de día en día en ciencia y virtud. Era angelical y transparente.

Su padre hubiera querido que fueran las armas el futuro de su hijo, conseguido milagrosamente después de muchos años que estaban esperando descendencia, pero otros era los designios de la Divina Providencia. Le atraía más la Iglesia que el cuartel y más la oración que la espada. Su padre, buen cristiano, no se opuso cuando su hijo le manifestó sus deseos de ser sacerdote, pensó: "También puede medrar en esta carrera y el nombre de nuestra familia puede subir de prestigio si el pequeño llega a ser algo grande entre el clero". Y a fe que llegó. No con prebendas humanas o de dignidades eclesiásticas sino con virtud y observancia en la vida que abrazaría.

Estudió en su mismo pueblo con los Padres Benedictinos. Llamaba la atención por su ejemplar comportamiento y su rendimiento en los estudios. Los compañeros le admiraban y amaban por su sencillez y bondad. Los superiores lo señalaban siempre como modelo para los demás.



(1430-1479)
Abrazó la vida sacerdotal y el arzobispo de Burgos D. Alonso de Cartagena, lo nombró su paje y después canónigo y capellán. Tenía nada más que veinte años. Otro cualquiera en su lugar se sentiría satisfecho por tanta prebenda. El, no. Estos halagos no llenaban su corazón y sólo ansiaba encontrar lo que tan afanosamente buscaba. Renunció a todo y marchó a Salamanca donde pensaba pasar desapercibido de todos y poderse entregar al estudio y la oración y caridad.


Iglesia de San Juan de Sahagún en Salamanca

Salamanca iba a ser su segunda patria y donde echaría hondas raíces y haría un gran bien a todos. Entró en el Colegio de San Bartolomé que haría famoso por sus prodigios. Una vez concluidos los estudios, se entregó de lleno a la predicación. Era, podemos afirmar, el predicador oficial de Salamanca.

Sin saberse explicar la causa, le sobrevino una rara enfermedad de la que curó de modo semimilagroso. Esta fue la gracia definitiva. Lo cuenta él mismo: "Lo que pasó aquella noche entre Dios y mi alma El solo lo sabe; y luego, a la mañana, fuime a San Agustín, alumbrado por el Espíritu Santo y recibí este hábito". Era el 18 de junio de 1463. Empezó el noviciado a los treinta y tres años y ganaba a todos en observancia, oración y vida mortificada. "Estaba en el coro como un ángel" depuso un compañero. Desde ahora se llamará Fray Juan de Sahagún, agustino.


No amemos de palabra ni con la lengua, sino con obras y deverdad. (1 Juan, 3,18.)

Salamanca entonces estaba sumida en odios y rencores. Las riñas y muertes violentas estaban a la orden del día. Fray Juan estaba siempre dispuesto para acudir a pacificar los enconos. Bien pudo ganarse el apelativo con que era conocido: "El pacificador". Su vida está llena de sabrosas anécdotas y de portentosos milagros en esta línea. Obraba los milagros sin darles importancia. Era muy querido de todos. Fue envenenado por un pérfida mujer y moría el 11 de junio de 1479, llorado por toda Salamanca.

ORACIÓN

Oh Dios, autor de la paz y amigo de la caridad, que habéis dotado al bienaventurado Juan, confesor vuestro, de talento admirable para reconciliar a los enemigos, haced, en consideración a sus méritos y a su intercesión, que, consolidados en vuestra caridad, no nos dejemos separar de Vos por ninguna tentación. Por J. C. N. S. Amén.

jueves, 11 de junio de 2009

SAN BERNABÉ 11 DE JUNIO

LA OFRENDA DE FLORES QUE SE HACE EN LOGROÑO A SAN BERNABÉ


SAN BERNABÉ SALIENDO DE PROCESIÓN DE LA CONCATEDRAL DE LOGROÑO

San Bernabé, Apóstol

A pesar de que San Bernabé no fue uno de los doce elegidos por Jesucristo, es considerado Apóstol por los primeros padres de la Iglesia, aún por San Lucas, a causa de la misión especial que le confió el Espíritu Santo y de su activa tarea apostólica.
Bernabé era un judío de la tribu de Levi, había nacido en Chipre; su nombre original era el de José, pero los Apóstoles lo cambiaron al de Bernabé que significa ‘hombre esforzado’. Se le menciona en las Sagradas Escrituras, en el cuarto capítulo de los Hechos de los Apóstoles; se menciona la venta de sus propiedades.





El Santo fue elegido para llevar el Evangelio a Antioquía, instruir y guiar a los neófitos. Para esta misión obtuvo la cooperación de San Pablo. Los dos predicadores obtuvieron gran éxito; Antioquía se convirtió en el gran centro de evangelización y fue ahí donde, por primera vez, se dio el nombre de Cristianos, a los fieles seguidores de Cristo. Tiempo más tarde, se les encomendó una nueva misión y partieron a cumplirla, acompañados por Juan Marcos. Primero se trasladaron a Seleucia y después a Salamina, en Chipre. Luego llegaron a Pafos, donde convirtieron al procónsul romano Sergio Paulo, navegaron hasta Perga en Pamfilia, donde Juan Marcos los abandonó. En Iconium, en Licaonia, estuvieron a punto de morir apedrados.




LA BANDA DE LOGROÑO PASANDO POR EL ARCO DE SAN BERNABÉ

En Listra, San Pablo curó milagrosamente a un paralítico y los habitantes paganos los confundieron con dioses. De regreso a Antioquía pasaron por todas las ciudades que habían visitado para confirmar y ordenar presbíteros. Surgieron ciertas diferencias entre San Pablo y San Bernabé, por lo que decidieron separarse. San Bernabé partió entonces hacia Chipre, acompañado de Juan Marcos, para visitar las iglesias que ahí se habían fundado.


SAN BERNABÉ PATRÓN DE LOGROÑO
Alrededor del año 60 ó 61, San Bernabé ya había muerto. Se dice que fue apedrado hasta morir en Salamina.Otra tradición nos lo presenta como predicador en Alejandría y en Roma y además como primer obispo de Milán.

martes, 9 de junio de 2009

SAN EFRÉN 306-373

No es críticamente cierta la cronología ni la historia de este gran Santo que ha llegado hasta nosotros con los piropos de "Arpa del Espíritu Santo, Cantor de la Virgen Inmaculada, Profeta de los sirios, Maestro del Orbe..."

Poco sabemos de su niñez. Algunos historiadores creen que sus padres eran cristianos por la sencilla razón de que los nombres bíblicos solamente solían ponerlos a sus hijos los cristianos.

Nació en Nísibe de Mesopotamia, la actual Irak por el 306.

Parece ser que Efrén se puso al servicio del Obispo de Nísibe, que era el santo varón Jacobo y éste le ordenó de diácono y le encomendó que abriera una Escuela en la que se enseñase, sobre todo, la Sagrada Escritura. Allí Efrén dio comienzo a escribir sus famosos Carmina Nisebina.

Cuando Nísibe pasó a depender de la autoridad de los persas, en 363, Efrén se expatrió junto con la escuela a Edesa. Allí moriría en el año 373.

Su encuentro con San Basilio, cuyo nombre llenaba toda la cristiandad, fue emocionante como el mismo San Efrén nos lo cuenta. Era por el 370. Después de las respectivas presentaciones, le dijo San Efrén: "¡Oh Padre mío, guárdame de mi debilidad y de mis negligencias; dirígeme por el camino recto, el Dios de las inteligencias me ha traído hasta ti para que seas mi médico. Detén mi navío en la onda del reposo!".




La caridad ardía en sus entrañas. Dio cuanto tenía para los pobres. Ya anciano se puso a edificar un hospital para sus conciudadanos de Edesa. Ellos llorarán su muerte como la del padre más amado. A pesar de ser simplemente Diácono hará el oficio de sacerdote, de obispo y de papa, ya que su influjo en la Iglesia de su tiempo no fue superado por nadie.




San Efrén es a la vez un místico - cuya contemplación procede de una ascesis rigurosa -, un doctor igualmente centrado en la alta doctrina como en la catequesis del pueblo, y un poeta a quien las Iglesias de lengua siria han apellidado «el arpa del Espíritu Santo». La producción de Efrén es considerable, pero puesta por entero al servicio de la catequesis.

Bajo la forma de himnos y homilías rimadas, el diácono de Nísibe y de Edesa sigue enseñando al pueblo, de acuerdo con un método que se presta en gran manera a la memorización.

Tiene preciosos comentarios a las Sagradas Escrituras. Encantadores sus "Himnos fúnebres". Compuso muchos himnos y comentarios preciosos sobre la Virgen María, especialmente sobre la Inmaculada. Bien ha merecido el título de "Cantor de la Virgen Inmaculada".

La poética de Efrén, de inspiración semítica, se aparta un poco de la occidental, por sus metáforas e hipérboles, pero su obra está transida de una finísima inspiración de amor a Cristo y a la Virgen Madre de Dios.

Es difícil imaginar un oficio litúrgico sin canto. Desde las catedrales a las capillas, la música es parte integral de la celebración. Más aún, los himnos infunden enseñanza religiosa en nuestro mismo ser. Cojamos un himno tan popular como el «Amazing Grace» (Gracia asombrosa). Pocas historias de conversión han sido contadas de manera tan sucinta, o duradera, como las palabras del en un tiempo esclavista y capitán de navío John Newton.

El uso de los himnos como medio para educar e instruir no empezó en tiempos de Newton.

San Efrén cogía los cantos de los grupos disidentes y heréticos y rescribía sus letras para reflejar una doctrina exacta. Por añadidura, fue uno de los primeros en componer cantos para la adoración oficial de la Iglesia.

A lo largo de los siglos se han compuesto muchas gloriosas piezas musicales para honrar y glorificar a Dios. Aunque puedan disfrutarse meramente por su deleite estético, pueden también utilizarse como un medio de fomentar nuestra vida de oración. Si tienes una composición favorita (quizá El Mesías de Haendel o el Réquiem de Mozart) basada en un tema religioso, ¿por qué no dejarla llenar los lugares vacíos de tu alma? Como Thomas Campion dijera una vez: «El cielo es música.»

Santamente volaba al cielo el 373 ordenando que no se le hicieran honras fúnebres aunque en esto sus hijos espirituales no le hicieron caso.


En 1920 se le reconoció como doctor de la Iglesia por su combate contra las herejías y su inspirada exaltación de las verdades de la fe, sobre todo de la Presencia real de Cristo en la Eucaristía y de la pureza de la Virgen (uno de sus títulos es el de «cantor de la Inmaculada».)
Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo




“Natividad de Cristo en la carne”:

“Cantaremos el modo del nacimiento del Primer-nacido.

La Divinidad se ha tejido un vestido en el seno de la Virgen:

Ella lo revistió y nació; ella lo desnudó luego de la muerte;

Ella lo desnudó una vez, ella lo revistió dos veces;

Ella lo tomó a la izquierda, ella se desnudó de El, lo colocó a la derecha.

El era servidor sobre la tierra, El era Señor en los cielos.

El heredó las honduras del cielo, el que era extranjero aquí abajo.

Aquel al que ellos juzgaron con iniquidad, juzga con verdad;

Aquel al que cubrieron de escupitajos sopló el Espíritu sobre la cara de ellos;

Aquel que recibió una débil caña, era el báculo del mundo;

Cualquiera que envejezca se apoyará en El”.

SAN EFRÉN

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TÚ TAMBIEN PUEDES SER SANTO.

VIRGEN CON CUATRO SANTOS

VIRGEN CON CUATRO SANTOS
Como el océano recibe todas las aguas, así María recibe todas las gracias. Como todos los ríos se precipitan en el mar, así las gracias que tuvieron los ángeles, los patriarcas, los profetas, los apóstoles, los mártires, los confesores y las vírgenes se reunieron en María

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