Casimiro creció en un mundo dónde su vida no le pertenecía. Nace en Cracovia (Polonia) el 5 de octubre de 1458. Es hijo del rey Casimiro de Polonia y de Isabel de Austria, hija del emperador Alberto.
Era el príncipe heredero de Polonia y Lituania, pero sobre todo era llamado el "padre de los pobres".
Sus maestros lo llamaban "adolescente santo" por las virtudes que lo caracterizaban y porque vivía intentando agradar a Dios en todo.
Vivía alejado de las comodidades y fastuosidad de la corte. Hacía penitencia y observaba la castidad.
Tenía gran devoción a la Virgen María a la que consagró su pureza. Le oraba una oración escrita por san Bernardo con asiduidad.
Los polacos lo llaman "el pacificador", porque no quiso participar en luchas y se negó a tomar las armas contra el rey de Hungría, a pesar de los ruegos de su padre y de los señores de ese reino.
Practicó las virtudes cristianas en grado heroico.
Rechazó el matrimonio con la hija del emperador Federico III, por no renunciar al celibato que se había impuesto.
Rechaza ser heredero de su padre Casimiro IV, en el trono de Polonia.
Muere en 1483 a los 24 años de edad, víctima de la tuberculosis.
Patrono de Lituania y de Polonia
Protector de los jóvenes, se lo invoca contra las tentaciones carnales y los peligros de la patria.
Identificativo principal Con la corona de príncipe polaco y en su mano la cruz y el lirio (que simboliza la pureza)
A los 120 años de enterrado abrieron su sepulcro y encontraron su cuerpo incorrupto, como si estuviera recién enterrado. Ni siquiera sus vestidos se habían dañado, y eso que el sitio donde lo habían sepultado era muy húmedo. Sobre su pecho encontraron una poesía a la Sma. Virgen María, que él había recitado frecuentemente y que mandó que la colocaran sobre su cadáver cuando lo fueran a enterrar: "Cada día alma mía, di a María su alabanza. En sus fiestas la honrarás y su culto extenderás..."
CUERPO INCORUPTO DE SAN CASIMIRO
Oración
Señor, que inspiraste al príncipe san Casimiro un profundo amor a la Madre de Tu Hijo conservando su cuerpo casto por amor a Ella, te pedimos que a ejemplo suyo amemos a María con un corazón puro y deseemos servirte siempre y en todo lugar despreciando las riquezas de este mundo. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.¡ SAN CASIMIRO! RUEGA A LA SANTÍSIMA VIRGEN POR NOSOTROS PECADORES.
Emeterio y Celedonio fueron dos soldados romanos venidos a Calahorra con la VII Legión romana a finales del s.III.
La tradición establece que eran hijos de San Marcelo y Santa Nona, patronos de León.
Fueron martirizados, degollados, a orillas del río Cidacos un día 3 de Marzo por no renegar de la fe cristiana, tal como había ordenado el emperador Diocleciano.
Desde fecha muy temprana se les rindió culto en el lugar del martirio, donde se fueron sucediendo distintos edificios religiosos en el emplazamiento que hoy ocupa la Catedral, que acoge sus reliquias.
Durante la dominación musulmana, ante el temor al saqueo y expolio de las iglesias, las reliquias de los Santos fueron trasladadas al Monasterio de Leire, en Navarra, donde permanecieron varios siglos.
Por su parte, la huida de cristianos hacia el Norte hizo que se desperdigaran algunas reliquias de los Santos y que se extendiera su culto a otras tierras, como Santander (atestiguado ya documentalmente en el s. IX), o Cataluña (Cardona).
Su fama dio origen a numerosas leyendas, como la que dice que las cabezas de los Santos subieron por el Ebro hasta llegar a Santander.
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En 1999, con motivo de la conmemoración del XVII centenario del Martirio, se revivieron estas tradiciones y se estrecharon los lazos de amistad con estas ciudades, que acogen parte de nuestra tradición
Pasado el peligro y reconquistada definitivamente la ciudad, las reliquias volvieron nuevamente a Calahorra y esta traslación, un 31 de Agosto, se toma para fijar el otro 'día grande' de nuestras fiestas, por ser el tiempo más favorable que en Marzo.
En la actualidad, la Cofradía de los Santos Mártires, fundada en 1332, se encarga de mantener viva la tradición y el espíritu de nuestros Santos entre los calagurritanos.
Religioso
(1300-1365)
Enrique Suso es uno de los principales representantes del movimiento místico que florece a las orillas del Rhin, a principios del cuatrocientos, cuando Juan XXII y Luis de Baviera luchaban por el predominio entre el Papado y el Imperio, en la famosa lucha de las investiduras.
Suso nació en Suabia, en la villa de Constanza, junto al hermoso lago, hacia 1296. A los trece años entra ya en el convento dominicano de Constanza. Habla en Horologium de su conversión, a los 18 años, y desde entonces se consagró a una vida de estudio, oración y gran austeridad.
Estudia con Eckart en Colonia. Escribe el Libro de la Verdad. Algunos ven sospechas en el libro y sufre persecución. Unido a los «amigos de Dios», se distingue por su vida ferviente. Su gracia especial estuvo en la dirección de sus hermanas dominicas, entre las que destaca Elisabet Stagel.
Escribió también el Libro de la Sabiduría eterna, con las cien consideraciones y oraciones para recitarlas todos los días. Y las Meditaciones sobre la agonía de Cristo y Soliloquio con la Virgen María.
Los últimos años los pasó en Ulm. Allí siguió su apostolado de dirección de almas, y revisaría sus escritos. Ulm tiene la torre de iglesia más alta del mundo, 161 metros.
Pero más alto voló el alma de Suso. Voló hasta dar a la caza alcance. El año 1366 fue a recibir el premio junto a Dios. Se nos fue calladamente, sin poder recoger sus últimas palabras ni su última mirada. Gregorio XVI lo declaró Beato en el año 1831.
Nos cuenta en una de sus cartas que un día que había tenido que sufrir mucho por penas interiores y por desprecios y humillaciones, vio desde la ventana de su celda a un perro que jugaba en el patio con un trapo. Lo mordía, lo babeaba, lo arrastraba, lo rasgaba. Así debes tú hacer, se dijo. Se te arroje en alto o se te tire abajo. Aunque se te escupa, tú debes aceptarlo todo alegremente, sin protestar, como el trapo, si él tuviese conciencia... - Al leer esto ¿quién no ve una influencia clara de la mística de Suso en la Historia de un alma de Teresa de Lisieux?
Dentro de la escuela mística, Suso representa el ala de mayor suavidad y dulzura. Éste podría ser su itinerario místico, según D. Baldomero Jiménez Duque: primero, la conversión o invitación a la vida perfecta. Luego, la sabiduría divina, encarnada en Jesucristo. Un día hasta externamente marcará su pecho con el nombre de Jesús. Tienen lugar entonces estados infusos de elevación y muy frecuentes éxtasis.
Pero la unión mística exige las purificaciones. Suso ha padecido intensamente esas pruebas del amor. Pruebas internas y externas. Fue un alma crucificada. Él ha «soportado» a Dios, según su expresión, entre lágrimas y sonrisas, entregado para siempre a su misericordia y a su amor.
De la obra del Beato Enrique Suso “Das Büchlein der ewigen Weisheit”. Colonia. Albertus Magnus. 1939, pp. 235, aquí pp. 69-107.
Capítulo 8: La primera es: ¿Cómo puede aparecer con tanta cólera siendo, sin embargo, tan amoroso?Capítulo 9: La segunda: ¿Por qué Dios se retira de sus amigos según su voluntad y cómo se puede conocer su verdadera presencia?Capítulo 10: La Tercera: ¿Porque Dios permite que lo pasen muy mal sus amigos en este tiempo?Capítulo 11: De la pena perpetua del infierno.Capítulo 12: De la Alegría inconmensurable del cielo.Capítulo 13: De la nobleza incomparable del sufrimiento temporal.