viernes, 14 de diciembre de 2007
SAN JUAN DE LA CUZ
Dios, Padre nuestro, que hiciste a tu presbítero san Juan de la Cruz modelo perfecto de negación de sí mismo y de amor a la cruz, ayúdanos a imitar su vida en la tierra para llegar a gozar de tu gloria en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.
Nace en Fontiveros (Ávila-España) en 1542. De niño, al quedar huérfano de padre, se gana la vida con servicios varios en un hospital. A 21 años viste el hábito carmelita en Medina, el año 1563. Estudia filosofía y teología en Salamanca y se ordena sacerdote en 1567. El mismo año se encuentra con Teresa de Ávila, la reformadora de las carmelitas, que lo convence a iniciar también él la reforma de los carmelitas, proyecto que le gana persecuciones y la prisión. Humillado y marginado, pero lleno de una alegría que nada ni nadie le puede arrebatar, pasa al gozo eterno el 14 de diciembre de 1591 en /beda, a 49 años. Son célebres sus pensamientos: “En el atardecer de tu vida serás examinado sobre el amor”, “Donde no hay amor, siembra amor y recogerás amor”. Nos ha dejado tres magníficas obras sobre su extraordinaria experiencia mística: Cántico Espiritual, Comentarios al Cántico Espiritual y Subida al Monte Carmelo, La llama de amor viva. Es patrono de los místicos y de los poetas.
San Juan de la Cruz, nos ha dejado una gran síntesis de espiritualidad, ciencia, y de experiencia mística cristiana.
“Gocémonos, Amado,
y vámonos a ver en tu hermosura,
al monte y al collado
do mana el agua pura.
Entremos más adentro en la espesura”
¡Cuán manso y amoroso recuerdas en mi seno,
donde secretamente solo moras! Y en tu aspirar sabroso de bien y gloria lleno ¡cuán delicadamente me enamoras!
San Juan de la Cruz.
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